jueves, 19 de junio de 2008

VUELTA AL RECUERDO

Mi destino en esta vida, cuando llega esta hora en que cierra la noche,
lo único grande y sublime, es que sepas tú las penas de mi alma,
para que conmigo mueran todos esos sentimientos tanto como mi alma ha envejecido.
La primera vez que te vi como hombre, no vi tu cuerpo ni tu cara.
Sólo oí unas palabras, algunas risas, sólo te miré a la boca y los ojos para entender el juego de palabras... y las palabras escondidas.
Con el tiempo te fui conociendo y pude decir que te encontré.
Fue poco a poco y sin sentir.
Al principio pensé que sólo era mi imaginación, asuntos de la cabeza.
Y te miré, sólo te miré.
Pude sentirte, tenerte junto a mí... tuve miedo y no pude decirlo al principio,
...en mi silencio... tu sonrisa que no supe entender.
Mírame: sé reir, mentir, llorar, amar, necesitar, derramar todo el miedo entre líneas, líneas de tu sonrisa.
Mírame y cuando sepas todo de amores y desgajamientos entonces te voy a decir
que no sé cuidarme del viento,´
mírame, no tengo cicatrices,
tengo las heridas abiertas,... como tú.
No sé si esta es una historia de amor, anoche en mi insomnio te pedí
que me cuidaras, de mis manías, de mis preguntas, de mis vidas repentinas y...
mis suicidios prolongados.