
Ese día se sento en la banqueta, no abrio ningun libro como solia hacer en ocasiones, los colocó encima de sus piernas y encima de ellos sus codos apoyó y luego oculto su rostro entre sus manos, desde el otro lado noté que estaba sufriendo, ella solia ser callada, pero feliz en su silencio. Yo siempre la veia tengo un café del otro lado de la catedral justo frente al parque. Soy una persona mayor para hacer una amistad con una chica tan joven, pero eso no importaba a menudo hablabamos, le contaba historias que ella escuchaba con mucha atención, a veces reia y me decia "mientes para hacerme reir" y asi era. Llegó el medio dia y ella seguia ahí, asi que me acerque y la saludé, ella contestó sin descubrir su rostro, tal vez solo queria estar ahi sin decir nada, aun así puse mi mano en su hombro para calmarla, ella lo alejó bruscamente y comenzó a llorar, no sabia que hacer y mi preocupacion creció. Ella dejó de llorar solo por un instante. -no lo merezco-. dijo. y me contó.
El dia anterior ella estaba muy cansada, se habia despertado temprano para estudiar y tambien en la noche se quedo despierta hasta tarde. Su padre con quien vivia en contra de su voluntad, tenia hospedado en casa a un amigo o conocido. La habitacion de ella tuvo que ser improvisada, era un cuarto pequeño y sin puerta, así que ella colocó una cortina en su lugar. Esa noche como todas su padre llegó ebrio y no supo mas de el, ella se acostó tarde y muy cansada, se dormió al instante, aquel huesped se habia quedado despierto. Horas despues este hombre habia entrado a la habitacion de la joven, el comenzo a tocarla y sin ella darse cuenta ya le habia despojado de su ropa interior, hasta que sintio una mano fuerte que le sujetaba bruscamente y le cubria la boca; ella trato de gritar, pero el la puso contra la cama y le apreto fuertemente el rostro hacia la almohada casi ahogandola mientras perpetraba el hecho. Ya habiendo terminado la amenazo para que no dijera nada, ella no pudo dormir, lloró toda la noche, su padre no estaba tan lejos y aun así no escucho nada, estaba tan ebrio.
Ella no queria regresar a la casa, ni a la escuela, ni a ningun otro lugar. Luego de conversar se puso de pie sin decir nada y se marchó. No la ví en dias hasta enterarme de que fué hallado el cuerpo sin vida de una joven uniformada, sin identificacion, aparentemente un suicidio, no dejo una nota, tal vez su ultima historia me la habia contado a mi. Le habia hablado tantas veces y no sabia su nombre, ni su direccion solo era "la chica de ojos azules".
Aun espero verla sentada en el parque sonriendo, inventando historias o escuchando las mias, aun miro a la calle esperando verla llegar, aun la espero.
Por: Esther Herrera.