En México todos despiden a su Nobel que no fue. Al escritor y
diplomático Carlos Fuentes, voz de la conciencia de todo un país, quien falleció
este martes en un hospital de la Ciudad de México a los 83 años.
Con él muere un referente de la literatura en español y un símbolo del México
contemporáneo, 50 años después de la publicación de dos de sus obras más
celebradas: Aura y La Muerte de Artemio Cruz.
"Lamento profundamente el fallecimiento de nuestro querido y admirado Carlos
Fuentes, escritor y mexicano universal", escribió el presidente de México,
Felipe Calderón, en su cuenta de Twitter.
Fue en esta red social donde primero resonó su muerte, ironía para un
escritor que, según bromeaba, se había quedado anclado en el fax.
Activo hasta el final
Fuentes recibió un recocimiento de la Universidad de Puerto
Rico en 2010
Fuentes se mantenía en activo a pesar de su avanzada edad, trabajando en su
último libro, un relato de sus memorias de juventud que tenía pendiente desde
hace años.
Y recibiendo a sus invitados en su hogar de San Jeronimo Lidice, en Ciudad de
México, donde residía con su esposa, la periodista Silvia Lemus.
Por allí habían pasado amigos como el escritor colombiano Gabriel García
Márquez o el mexicano Carlos Monsiváis, fallecido en 2010.
En el salón de esta casa de piedra típicamente mexicana, entre las
estanterías de madera llenas de libros, se sentó hace unos meses con BBC Mundo
para hablar sobre México, los candidatos a la presidencia o la legalización de
las drogas, de la que era un convencido defensor.
En las estanterías, fotos del escritor con el Rey de España, François
Miterrand y sus dos hijos Carlos y Natasha, fallecidos en 1999 y 2005
respectivamente.
Fuentes fue padre además de otra hija, Cecilia, fruto de su primer
matrimonio, con la actriz Rita Macedo.
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