martes, 24 de marzo de 2009

Prosa de Romina Cazón


ELLOS

Todas las noches, del otro lado de la pared, rechina pausadamente la cama de mis vecinos. Atraídos por el amor ocupan el tiempo para saciarse y otras veces para agrandar su familia.
Mi madre estando en el sur dice que la soledad es una gran fortuna. A ella le resulta fácil hablar porque nunca apreció el silencio de este lugar. Yo prefiero creer que el silencio se debe al diminuto tamaño de la cama. La pronta manera de olvidarme es esconder mis manos entre las sábanas, mientras la cama de mis vecinos se llena de polvo.

© Romina Cazón

Poema de Silvia Mottes


En cada verso

En cada verso dejare mi marca.
Cada renglón será el absoluto
Cada palabra tendrá intención ingrávida y sin medida

Apasionada y elocuente abriré mi razón, mi alma

Y en cada corazón que toque,
en cada ser que me lea,
en cada pensamiento que provoque,
me daré por pagada

© Silvia Mottes

Poema de Patricia Díaz Bialet


LA INÚTIL RED

Ellos van de a pares como las arañas.

Tejen crías insatisfechas.
Hábitos espurios.

Yo,
en cambio,
voy con mis siete sombras.

Husmean detrás de mi fémur los perros despojados de silencio.
Cavan huesos en la niebla.

Yo,
en cambio,
voy con mis siete sombras.

© Patricia Díaz Bialet

Poema de David Sorbille


Nadie entiende lo que pasa
y sin embargo percibo
la demorada certeza
de que en esta realidad
de alegrías disueltas
de sufrimientos disimulados
e inconmensurables desamparos
de finales de siglo
el espacio de tus caricias
o el destino mismo de la poesía
sólo se abre paso arrastrando
sus pesadas verdades y utopías
como almas dispersas
entre nubes de olvido
y esperanza

Poema de Emilce Strucchi


De silencio ni hablar

hoy se aparece Invierno
y yo no me di cuenta
pero Frida
acepta a sus visitantes
para celebrarse otra vez

qué rebelión-locura
causó la cercenada
pintadora
tan señora envidiable
de su espejo fisgón,
tajada a la mitad
de hierros-bisturí
de amputada, la perra
suerte tuvo al enamorarse
de sola
de nieves
y de alas

del invierno ni hablar

por la rendija del placard irrumpe un trazo helado
insólito
luciente,
y ella pintó desabrigada
en su revolución

qué locura llevarse a caminar
-sin alas ni bufanda-
con penitente pierna,
mientras yo doy batalla entre mangas y pieles
enredada en los símbolos, cánones
que el tiempo deteriora
en tules-paradigmas-putrefactos

mis párpados gotean
(violados pervertidos)
un sobretodo paternal
que no se compadece
y una nutria materna
imprudente enmohecida
que obstruye a mi nariz
y yo pateo el aire
y me atropella
silbándome
con su murmullo sórdido
y áspero
de fragmentos oscuros
de matarifes paños
que no digo o no quiero

del silencio
ni hablar.

© Emilce Strucchi

Poema de Cecilia Ortiz


ELLA EN EL TIEMPO

Ella, la otra, lleva sobre su piel
el tiempo contenido
amasado entre sábanas lejanas.
-ausentes y presentes, en la magia del encuentro-
Todo le fue dado
la pasión brota en arcón pródigo
vertido de a poco desde el deseo.
Mitad de su vida, mitad de su cuerpo
quedó más allá del rumor naciente.
-ventana abierta, puente en el espacio-
Borde de los labios
cortejo de su boca, refugio que desvanece
hasta que de la nada brota el corazón latiendo
y los ojos que desvisten la tímida mirada
la convierten.

Yo, contemplo su juego temerario
la espero, tiene la forma de mi cuerpo.

Ella, persiste en la región del amor
luce flores en el pecho
un cansancio que se vuelve energía
antes de regresar.
Pasa por la edad adolescente
sin esperar la medianoche absurda
vive asomada al vértigo del instante breve.

Yo, aguardo el encuentro
el secreto lugar que elige la sangre
por designio
porque las estrellas son palabras
anuncian/ celebran
donde las máscaras no existen

ser ella, en el otro tiempo.

© Cecilia Ortiz

Poema de Viviana Pelle


Cae el olvido

Pueden quedar espinas escondidas
Corazones esparcidos por el viento
Mares recorridos bajo el sol
Pueden las palabras arrojar
voces sin sentido,
balas que hieren el amor
y lo olvidan para siempre.
Hoy presiento que he olvidado
para siempre el sinsabor
de palabras vanas
arrojadas sin razón.
Caen en el vacío
las hojas de esos dibujos
Cae esa mirada y ese rostro
El recuerdo es apenas,
y no sé si aún sigue siendo un rostro
o si ha cambiado de expresión.
Ahora es la hora de ser o de no ser
o volver a ser yo misma
para siempre.

lunes, 9 de marzo de 2009